Seis reinas del judo campechano; casi todas lo lograron en menos de un año


Seis reinas del judo campechano, número que pocos pueden presumir, y no precisamente por ser seis, hablamos de ellas porque representan un equipo que vino a cumplir con creces lo que para muchos era un sueño guajiro ya que se trata de niñas que fueron captadas como talentos hace apenas diez meses, sí, DIEZ MESES, pero que apenas pisaron la colchoneta de entrenamiento le echaron todas las ganas del mundo y aquí están los resultados, cuatro medallas de oro, porque las dos restantes son para alumnas más adelantadas, lo que tampoco les quita mérito.



ALICIA CHE MOO

Un dicho que le cae como anillo al dedo a estas chicas que a continuación nombraré, es de verdad hecho para ellas. ¿El deportista, nace o se hace?. El caso de Alicia Maribel Che Moo, oriunda de la comunidad de “Arellano”, perteneciente al municipio de Champotón; con apenas once años de edad, llegó hace diez meses al Centro de Desarrollo de Talentos Deportivos que está en la capital campechana y se puso a las órdenes de los entrenadores Jorge Luis Atencio y Frank Menéndez González.

La pequeña Alicia es hija de campesinos, quienes con mucho esfuerzo mantienen un pequeño ranchito en la comunidad mencionada, donde tienen algunas vacas lecheras, gallinas, pavos, cerdos y la milpería de temporada que todos los años trabaja su papá y su hermano mayor.

Con ella y sus cuatro compañeras que posteriormente iré mencionando, cabe la pregunta, ¿el atleta nace o se hace?

Creo que es una combinación de ambas cosas, porque seguramente nacen con las cualidades natas, solo es cuestión de detectar ese talento para ir moldeando desde edad temprana al deportista de alto rendimiento, cosa que se corrobora con la medalla de oro logra con tan solo diez meses de practica ese difícil deporte llamado judo, pero que gracias a su interés logró llegar a la final y colgarse la medalla de oro.

Alicia Ché tiene una historia breve, pero muy usual en nuestra región y tal vez en todo nuestro México lindo y querido; ella dice con esa rostro inocente: “antes de venir a la Olimpiada Nacional tuve contacto con mis padres y mi hermano, el primero me pidió que le echara todas las ganas, que me olvidara de los relajos y me concentrara en las competencias, porque solamente así podría aspirar a la medalla de oro; mi hermano por su parte fue más allá, me advirtió que de regresar a casa con las manos vacías, me llevaría al rancho a ordeñar vacas y a llenar el bebedero de los animales, pero sacando agua del pozo con cubetas”, dice mientras sus manitas se entrelazan producto de los nervios, pues nunca en su vida la había entrevistado.

Ella compitió en categoría Infantil 11-12 años rama Femenil de los 42 kilogramos, donde en la gran final, luego de dejar en el camino a competidoras de Hidalgo, Nuevo León y Querétaro, enfrentó por el oro a una tabasqueña a la que derrotó con movimientos rápidos para convertirse en la primera niña campechana en ganar una medalla de oro en una Olimpiada Nacional de Judo.

DIANA PIÑA UZCANGA

Diana Artemisa Piña Uzcanga, de padres veracruzanos, es otro caso interesante, pues con algunos meses de practicar el judo es medallista de oro en la rama Femenil categoría Infantil, todo gracias a que un día su mamá decidió llevarla al Instituto del Deporte de Campeche para inscribirla en algún deporte, para que no se la pasara viendo televisión todo el día, cosa que ahora agradece y dice que ha comprendido cómo el deporte sí pudo cambiarle su vida de manera positiva.

Participó en la categoría 11-12 años de los 52 kilogramos; ella enfrentó a tres rivales con más lona recorrida, sin embargo ella se presentó en la Olimpiada Nacional con algo que casi nadie llevó: un corazón henchido de coraje y valor, además de la decisión que le inculcaron sus compañeros desde las gradas mediante porras y gritos de alegría, con lo que salió adelante dándole una gran satisfacción a sus entrenadores y al Estado.

Un poco más delgada de lo acostumbrado, al ser cuestionada sobre si valió la pena tantos esfuerzos, como el ponerse a dieta y llegar un régimen de entrenamiento muy fuerte en los dos últimos meses, ella respondió: “claro, por su puesto que valió la pena, nada en el mundo se compara con tener una medalla de oro, ni los regaños de mi entrenador, ni los llamados de atención de mi madre cuando me atrevía a probar algún alimentado prohibido porque podría subir de peso, ni las horas que pasé entrenando a doble sesión, nada de eso se compara con el placer de tener mi medalla de oro”, dice mientras sus compañeras le hacen bromas.

Invitó a sus amigos y a la comunidad infantil a practicar el judo: “anímense, ahora tenemos mayores oportunidades, Campeche se está poniendo las pilas y más ahora que regresamos con un cargamento de seis medallas de oro, dos de plata y siete de bronce; vamos a defender con mayor ahínco a nuestro Estado para ser dignos representantes en la Olimpiada Nacional del año próximo”, dijo.

DIANA ROMERO GUTIERREZ

La más relajista de todas las medallistas y del mismo Centro de Desarrollo de Talentos Deportivos, Diana Cecilia Romero Gutiérrez, “La Güera” como cariñosamente le llaman todos sus compañeras y entrenadores, mostró a todos que a pesar de haber recibido innumerables sanciones en el Centro de Desarrollo de Talentos, incluso pasó por la amenaza de ser expulsada por ser hiperactiva, pese a todo retorna a casa con una medalla de oro colgada al pecho.

Alta, muy alta para sus escasos trece años de edad, de ojos verdes, una risa contagiosa y una mirada tierna, fácilmente engañan al más experimentado de los entrenadores y maestros en la villa, sin embargo ella se transforma en un verdadero huracán cuando está haciendo relajo, lo que le valió en muchas ocasiones ser castigada, afirma que ella cuando entrena lo hace al ciento por ciento y se olvida del relajo.

“Si no fuera así, simplemente no estaría aquí con mi medalla de oro”, dice ufana y con una sonrisa que contagia, sin embargo no pierde el tiempo para hacer una broma y mientras es entrevistada en algún momento desaparece mi gorra y va volando de mano en mano, todo entre las risas de las niñas, de las reinas del judo campechano.

Diana, “La Güera”, tuvo una final de alarido que ganó gracias a que hizo caso a las indicaciones de sus entrenadores, Felizberto Rivas y Jorge Luis Atencio, quienes con gritos le señalaban qué pasos debía dar a cada momento, escuchó y siguió todo al pie de la letra, ahora es medallista de oro y seguramente que todo le será perdonado en las villas, de eso no hay duda.

MARÍA JOSÉ GALA NOH

La Sabana del Descanso, Hecelchakán, tiene a otra digna exponente en una Olimpiada Nacional; María José Gala Noh, medallista de oro aún cuando en determinado momento no recibió el respaldo de las autoridades municipales, sin embargo el Indecam confió siempre en ella y la llevó a las villas del Centro de Desarrollo de Talentos Deportivos para que tuviera mejor atención, cosa que dio resultado y ahora muestra orgullosa su presea de metal dorado.

María José, como le llaman sus compañeros de entrenamiento, también es producto del último scauteo que se hizo en la región del Camino Real y los Chenes, donde el Lic. José Martín Noh Gómez la detectó durante su visita a una escuela en la ciudad de Hecelchakán; luego de las pruebas pertinentes y al percatarse de su talento, habló con sus padres, quienes dieron la confianza al Indecam y la enviaron a la capital campechana, donde la pusieron a las órdenes de Jorge Luis Atencio y Frank Menéndez, quienes se encargaron de pulir a ese diamante en bruto que ahora brilla a todo lo que dá con su medalla dorada.

Contenta platica que en su primer combate se enfrentó con una rival del Distrito Federal, una vez que ganó se sintió más tranquila, las suelta, porque sabía que venían las más peligrosas y así fue ya que le tocó combatir con una representante del Estado sede de la Olimpiada Nacional, Sonora, pero aún con la numerosa porra que llevó su contrincante se impuso hasta cierto punto fácil.

Esto le valió llegar a la final con Hidalgo, que había dejado fuera a otras peligrosas rivales como de Jalisco y Baja California: “en verdad que fue muy duro el combate, de hecho en los primeros instantes la sentí muy fuerte y a punto estuvo de ponerme una barrida con yuco, pero supe escuchar a mis entrenadores para hacer mi trabajo en la colchoneta”, dice.

Explica que poco a poco fue ganando terreno, sin embargo aún estaba abajo en el marcador de los jueces, sabía que tenía que hacer un último esfuerzo, donde el que marcaba ganaría, me adelanté y apliqué un yuco y un barrido, suficiente para salir victoriosa y ganar mi medalla de oro, finaliza.

Ya más tranquila, más concentrada, pidió a través de este medio a todos sus ex compañeros en la escuela de Hecelchakán, practicar el judo o cualquier deporte olímpico; “porque he comprendido que nos hacemos mejores ciudadanos, ganamos el respeto de los mayores y sobre todo, nos convertimos en dignos representantes de nuestro Estado en la Olimpiada Nacional”.

KARINA CASTILLO OREZA

Chaparrita, de ojos vivarachos, dicharachera entre todas las damitas campechanas que nos representaron en la Olimpiada Nacional de Judo; acostumbrada a no quedarse con ninguna duda, pregunta de todo y por todo, sin embargo a la hora de meterse al área de competencia se transforma en una guerrera, en un remolino que acaba con todo lo que esté a su paso, y eso le valió una medalla de oro.

Karina Castillo Orenza, se distingue entre las competidoras por todas esas cosas, pero también por ser la hija menor del presidente de la Asociación Campechana de Judo, Lucio Castillo Rosado, lo que en un principio causaba cierto escozor entre las competidoras, sin embargo a base de trabajo y esfuerzo se hizo de un lugar en la selección y también de la confianza de sus compañeras.

Ella compitió en la categoría 13-14 años y obtuvo la medalla de oro ante una competidora de Hidalgo; un combate que por momentos se tornaba difícil, sin embargo desde las gradas su entrenador Jorge Luis Atencio y Frank Menéndez le daban indicaciones sobre cómo debía combatir y poco a poco se fue sobreponiendo hasta lograr la victoria, la que festejó como pocas, con brincos, gritos y con los brazos en todo lo alto.

Ella es alumna adelantada, lleva mas de dos años practicando este deporte, sin embargo para poder llegar a la Olimpiada Nacional tuvo que sacudirse el apellido Castillo Oreza y ganarse el lugar en la Fase Regional, donde combatió ante atletas de Yucatán, Quintana Roo, Tabasco y Chiapas; ahora los resultados están a la vista, es una reina de oro.

KAREN CHIN MAY

La bicampeona olímpica del judo campechano; Karen Gabriela Chin May, quien compitió en la categoría Juvenil 15-16 años, para muchos la reina absoluta, pues mantener el título por segundo año consecutivo no cualquiera lo puede hacer y la morena Karen lo logró en uno de sus mejores combates que tuvo en el Centro de Usos Múltiples de Hermosillo, Sonora.

Pero también ella es un caso raro para el deporte de alto rendimiento, pues en apenas un año y siete meses de practicar este bonito deporte ya presume dos medallas olímpicas de oro y asegura que va por más; “sé perfectamente bien que por ser bicampeona olímpica me obliga a mantener el paso, pero también estoy consciente que con la misma pasión que he participado en mis dos primeras Olimpiadas Nacionales, puedo hacerlo por mucho tiempo más y créame, hay Karen Chin May para rato”, dice emocionada.

Ella también tiene su historia particular, pues fue detectada como talento mientras jugaba otro de sus deportes favoritos, el fútbol soccer. Bajo la tutela de Diosdado Sánchez Dacosta ha subido como la espuma, y a pesar que por un momento pensó en dejar el judo, fue precisamente el director general del Indecam, Enrique Rosado Méndez quien la convenció para que regresara, lo que hizo y ahora no se arrepiente de haber retornado pues tiene dos medallas de oro.

Ella ha sabido sacar provecho a los entrenadores por los que pasó, pues primero estuvo con Frank Menéndez González, luego con la morena Inés Danting y más tarde pasó a las órdenes de Diosdado Sánchez Dacosta.
Como la más experimentada en este deporte, Karen Chin lanzó la invitación a todos los deportistas campechanos para que se animen a entrarle a los deportes olímpicos y sobre todo a sus compañeros que viajaron con ella a Hermosillo, Sonora; “si cayeron derrotados no importa, levántense con vergüenza deportiva y sigan entrenando duro, porque solamente así se puede llegar lejos, echándole más ganas a los entrenamientos y esforzarse cada día, ya que con más práctica y deseos todo se puede lograr”.

8 Comments

  1. maria
    27 junio 2009

    cuales movimientos? yo la tabasqueña q se dio con ella con alicia yo entre ella solo contraataco q mentira es esa

  2. diana piña
    26 agosto 2009

    soy 100% veracruzanaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

  3. jose
    6 septiembre 2009

    diana apesar como desia su mama que solo pasaba viendo tv resulto un buen elemento para el judo..echales muchas ganas….!

  4. diana piña
    12 septiembre 2009

    MARIA ERES LA MEJOR RELAGISTA QUE HE CONOCIDO CUIDATE MUCHO BYE

  5. miguel pech
    6 noviembre 2009

    son las mejores del mundo por eso las quiero hijas alisia y marya jose diana piña diana sesilia

  6. miguel pech
    6 noviembre 2009

    las quiero mucho igual su mama mary cruz y miguel

  7. maria jose
    27 noviembre 2009

    diana piña eres super cuidate mucho te deseo lo
    mejor. tambien eres muy relagista. sludos

  8. arahi
    8 diciembre 2009

    hola niñas salo quiero decirlesa q las quiero mucho y q las extraño mas a maria
    jaja pz atodas

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